domingo, 19 de noviembre de 2006

¿Y el dolor?


México, ciudad + Domingo 19. Noviembre. Año 6. Tercer Milenio

He tenido la ilusión de no olvidar nunca, pero el olvido me vence, temo que en unos años sólo me acuerde de ti por haberte olvidado…
…eso es tan triste que tengo ganas de llorar…
Esta noche tengo miedo de estar solo…
…durante toda mi vida pensé que era imposible el amarse siempre.

Hoy sé que no es así.

Cierro los ojos para acordarme…
para acordarme de cómo te recordaba aún antes de conocerte. Ahora lo único que tengo son dudas, creí que cuando llegara el momento todo me sería claro, pero me descubro sumido en la más profunda angustia porque no sé nada…
sólo preguntas…


No quiero olvidarte; tiemblo al pensar que puedo llegar a olvidar tanto amor. Me esfuerzo y cuando cierro los ojos la imagen de tus manos atrapada en el fondo se abre paso entre los escombros de mi pasado y llega a mi memoria para hacerme recordar el calor de tus pies apoyados sobre el empeine de los míos. Algún día ya no recordaré tus manos…

¿Y el dolor?
¿Aunque sea un poco?

Tengo delante de mí, un tiempo inmenso ocupado sólo por mis pensamientos. Miro a través de la ventana la vaga claridad que se resiste a desaparecer.
Me vuelvo hacia ti, saciado de ver y oír.
Cansado de ver y oír a otros…
…a otros.


¿Qué voy a hacer con tanto tiempo? ¿Con tanta y tanta luz? ¿Sabes? La locura se me viene encima, ahora lo entiendo…
No volveremos a vernos.
Y pensar que estuve a punto de perderte, de conocerte nunca…
Me acuerdo de ti…
Siempre.

De tí…

por la noche…

en la mañana de ti.

En la tarde.

Eres tan joven…

De veras me gustaría volver a verte,
alguna vez,

en alguna parte,

un día,
una mañana…


…Quizás de repente te descubra en medio de la gente, no podré dejar de mirarte y reconocerte y desear tomar tomar tu mano…
pero hace falta tanto tiempo…
tanto…

y tanta luz…

y tanto miedo…


Voy a quedarme contigo siempre…
Tómame la mano…
Voy a quedarme…
No quiero dejarte…
No puedo…

Mira cómo te olvido…
Mira…
Mírame…

Tantas veces me mataron, tantas veces me morí
sin embargo estoy aquí, resucitando
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
porque me mató tan mal, y seguí cantando

Cantando al sol comno la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que un sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí,
a mi propio entierro fuí, solo y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo pero me olvidé después
que no era la única vez, y seguí cantando

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que un sobreviviente
que vuelve de la guerra

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás,
cuántas noches pasarán desesperando.
Y a la noche del naufragio y a la de la oscuridad
alguien te rescatará para ir cantando.


COMO LA CIGARRA
María Elena Walsh




1 comentario:

Ignatius dijo...

Es la ausencia, la que con su perfume inunda todo después de que la historia se ha terminado, en ese momento, cuando pretendemos untar más mantequilla sobre el pan ó derretirla en la sarten.....

Cuanta luz podremos derramar... sólo ausencia, añoransa y suspiros... un gran mausoleo, agurda por todo esto y más que nos rodea.